Cada día intentas cambiar alguna cosa en tu vida, comer menos, hacer más ejercicio, leer más de un libro, meditar, relacionarse con nuevas personas, ganar más dinero, comprar un nuevo apartamento, tener la pareja con que sueña o hacer un sinnúmero de otros cambios a su compartimiento.
Para lograr los cambios de comportamientos mentales se requiere un proceso de auto disciplina, de conciencia, que toma tiempo y requiere apoyo.
Las afirmaciones son uno de los elementos más importantes en el cambio de los patrones mentales, creando un nuevo modelo de pensar y actuar.
Afirmar significa “hacerse o hacer firme”. Una afirmación es una expresión rotunda y positiva de que algo ya es así.
Es un modo de “consolidar” lo que estamos programando en nuestra mente, lo que queremos para muestra vida.
La mayoría de nosotros no es consciente de que mantenemos un “diálogo” casi continuo en el interior de nuestra mente.
La mente está ocupada en “hablar” consigo misma, entablando una interminable conversación acerca de la vida, el mundo, nuestros sentimientos, nuestros problemas y las personas que nos rodean, en la mayoría de los casos juzgando o generando negativamente, películas que luego la mente se las cree, creando el dolor, el sufrimiento, la angustia, los bloqueos y la enfermedad.
Casi siempre no somos conscientes de este flujo de pensamientos y conformamos nuestra experiencia de la realidad sobre la base de lo que “nos decimos a nosotros mismos”.
Nuestra conversación mental precisa y matiza nuestros sentimientos y percepciones sobre lo que sucede en nuestras vidas, y son estas formas de pensamiento las que, en última instancia, atraen y crean nuestra realidad, sin contar con la voluntad de Dios Padre.
Todo el que practica meditación sabe lo complejo que puede resultar acallar esta “conversación mental o dialogo interno” en nuestro interior para poder conectar con nuestra más profunda y sabia mente intuitiva y subconsciente, Dios Padre en mí.
Muchos de estos pensamientos son como cintas magnetofónicas que registran las pautas de comportamiento de toda nuestra vida. Son como antiguas “programaciones” que seleccionamos hace mucho tiempo y que siguen influyendo en lo que hoy nos sucede y atraemos a nuestra vida y luego inventamos causas externas, (que algo me están haciendo o soy víctima de alguien) para justificar las actitudes, los comportamientos, cerrando las posibilidades del cambio, de la vida que yo puedo crear.
La invitación es: primero: meditar (tener por lo menos 30 minutos de paz con uno mismo o hacer alguna técnica de meditación), segundo: seguir repitiendo afirmaciones que cambien el pensamiento, las acciones y las obras.
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