martes, 14 de noviembre de 2017

PORQUE PERDEMOS NUESTRO CENTRO

PORQUE PERDEMOS NUESTRO CENTRO. 

El amor hacia uno mismo es un regalo que Dios padre nos da para amarnos querernos y valorarnos.

Con los cambios que estamos viviendo tiene dos posibilidades, buscar dentro de uno mismo para centrarse o confiar en un brujo, recuerda que cuando confías en ti, tienes toda la energía de la divinidad para ser feliz, abundante y próspero, mientras que con un adivino está a merme de lo negativo que siempre dicen y que además te lo crees y por eso pasa.

No importa lo difícil que se pongan las cosas, siempre podemos contar con la gracia de Dios padre, con su iluminación y sus bendiciones, es el momento de estar unidos a nuestro interior, estando en calma y aclarar lo que está pasando, con una meditación o reflexión, con tu quia interior, esto te llevará a ver la situación desde otro punto, y comprenderás que lo que está viviendo es resultado de lo que sembró en el pasado, causa y efecto y que no tienes porque angustiarte, ni desesperarte, ni caer el la moda de que todo es conflictivo.

La impotencia por no poder hacer algo, por querer cambiar la situación, o por seguir teniendo el control, te puede llevar a estrés, a la ansiedad, a la impaciencia, al mal genio, al andar descontrolada, en algunos caso lastimar a las personas que nos aman, es el momento de dejar de vivir en el afuera, de creer que todo es como yo quiero que sea, de a apartarte de tu sabiduría, retoma tu esencia, perdona y obsérvate.

No tienes que buscar fuera lo que se le a perdido A dentro.

Bendiciones 

martes, 7 de noviembre de 2017

ES EL MOMENTO DE LOS CAMBIOS.



Mi sentir es que los cambios no van a parar por el momento. 

En vez de percibir los cambios con temor, como el caos, utilicemos este movimiento para impulsar nuestra transformación personal. 

No te empapes del miedo, de la confusión, respira profundo con paz, con tranquilidad, con fe, todo es como tiene que ser.

Cada día hay muchas personas afectadas por la naturaleza, por los conflictos, por los movimientos, no es posible digerir la inmensidad de todo lo que está pasando, es como si la vida nos estuviera preparando para algo, y te puedes preguntar que puedo hacer?

La invitación es que seas consiente contigo mismo, de lo que eres, de lo que piensas, de lo que haces. 

Tu vida se está transformando a un ritmo muy rápido y se requiere que cambies los viejos modelos de pensar, de vivir, de actuar, de orar, para reconectarte con la gracia de Dios padre. 

La gracia de Dios padre, cada día fluye en abundancia, en bienestar, en crecimiento, para nuestra vida, solo que nosotros estamos perdiendo esa fuerza, todo porque seguimos en el mismo modelo que nos han repetido durante años, pedir, rogar, suplicar, sentirnos indignos, prometer, hacer sacrificios, esperar el milagro, buscar que el ego predomine, el querer controlar al otro y todo esto nos genera una mente serrada, pensando de una forma y actuando distinto a como pensamos, es por eso que nos llenamos de negativismo, perdiendo la lógica de la vida, perdiendo el horizonte, confundiendo algunos valores como la honestidad, la sinceridad, el compromiso, el valor de las cosas, el amor por uno mismo, el servir.

Como personas somos muy conscientes de tener una experiencia física, ya que es visible y tangible, como todo lo aparente mente real, que nos da placer y poder, ese es el afuera, sin embargo, olvidamos nuestra chispa divina, esa energía, Dios padre en mí, esa fuerza que nos llena en nuestro interior.

Es el momento de retomar lo más sencillo: -escuchar nuestro cuerpo, que me está diciendo en este momento, a través de las molestias físicas.

-Ver, sentir y analizar que me está diciendo mi pareja, mi pareja es el reflejo de mi vida interior, es mi espejo.
-Cuál es el nuevo pacto que estoy haciendo con Dios padre, con la vida, de pedirle o de servir y amar.
-Como estoy desarrollando mi potencial cerebral, ejemplo: cuántos libros leo?, que estoy aprendo nuevo?, que grupos fomento?, que hobby realizo? 

Los eventos externos que suceden son un signo o simbolismo de lo que lo está pasando en nuestro interior, como es afuera es adentro, la idea es que todos somos uno, todos estamos aquí para crecer, amar, servir y evolucionar.
Bendiciones.