PORQUE PERDEMOS NUESTRO CENTRO.
El amor hacia uno mismo es un regalo que Dios padre nos da para amarnos querernos y valorarnos.
Con los cambios que estamos viviendo tiene dos posibilidades, buscar dentro de uno mismo para centrarse o confiar en un brujo, recuerda que cuando confías en ti, tienes toda la energía de la divinidad para ser feliz, abundante y próspero, mientras que con un adivino está a merme de lo negativo que siempre dicen y que además te lo crees y por eso pasa.
No importa lo difícil que se pongan las cosas, siempre podemos contar con la gracia de Dios padre, con su iluminación y sus bendiciones, es el momento de estar unidos a nuestro interior, estando en calma y aclarar lo que está pasando, con una meditación o reflexión, con tu quia interior, esto te llevará a ver la situación desde otro punto, y comprenderás que lo que está viviendo es resultado de lo que sembró en el pasado, causa y efecto y que no tienes porque angustiarte, ni desesperarte, ni caer el la moda de que todo es conflictivo.
La impotencia por no poder hacer algo, por querer cambiar la situación, o por seguir teniendo el control, te puede llevar a estrés, a la ansiedad, a la impaciencia, al mal genio, al andar descontrolada, en algunos caso lastimar a las personas que nos aman, es el momento de dejar de vivir en el afuera, de creer que todo es como yo quiero que sea, de a apartarte de tu sabiduría, retoma tu esencia, perdona y obsérvate.
No tienes que buscar fuera lo que se le a perdido A dentro.
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