¿PARA QUE VAS A MISA?

¿PARA QUE VAS A MISA?

Para todos los católicos, el domingo es un día de descanso, cambiamos el ritmo de la semana, compartimos con la familia y hacemos actividades distintas, hay quienes descansan todo el día.

La idea es que el domingo se hacen cosas distintas, para la mayoría de personas es importante ir a la misa, la misa es una celebración supuestamente espiritual donde renovamos nuestro compromiso con DIOS Padre a través de la enseñanza del maestro Jesús.

Atreves del tiempo la misa a tenido varias reformas y para la iglesia es un modo de recordarnos y poner en práctica la enseñanzas de la vida del maestro Jesús, para imitarlo.

Nuestro compromiso con la celebración de la santa misa debe ser el encuentro con el maestro Jesús en un banquete, así como nuestro cuerpo físico necesita descanso, comer y ejercicio, nuestra alma requiere de esa comunión.

El sacerdote como representante del maestro Jesús nos recuerda su última cena y nos deja su presencia en el pan y en el vino que se convierten en el cuerpo y la sangre del maestro Jesús.

En este ritual alabamos a DIOS Padre por todo lo creado, damos gracias por todo vivido, por sus bendiciones y pedimos perdón para reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestros hermanos y con toda la existencia entera.

Tanto la liturgia de la palabra, como la celebración eucarística, requieren de compromiso y hechos reales para la validación de la intención, de lo contrario no tiene sentido solo sería asistencia a un templo.

Es aquí donde el amor, la conciencia y la evolución de cada persona hacen que este ritual de la misa, sea el compromiso para ser mejor persona, hacer el bien, obrar bien y crecer espiritualmente.

La mayoría de personas solo cumplen con este compromiso desde lo físico, solo asisten porque piensan que están cumpliendo con un deber y por eso repiten las plegarias que se les dice, estas personas creen que son buenas, al salir del templo van a lastimar y a herir con su mal ejemplo, con sus palabras, al cabo del tiempo la vida les genera problemas, conflictos, dolencias y no tienen una explicación sino que es un castigo o peor aún, un sacrificio, sin tomar conciencia del modelo de vida que tienen.

Todo en la vida es una ley de causa y efecto y en la medida en que me uno a DIOS Padre se cumple la ley del amor.

Hoy sabemos que el no amarme, valorarme (autoestima) me crea dificultades de concretar, de materializar el dinero.

El no amar a las personas, comprenderlas, aceptarlas (el juzgar) crea dificultades en la salud. (Cabeza/impulsividad, cuello/terquedad, pulmones/tristezas, estomago/emociones negativas, espalda/cargas, intestinos/apegos, riñones/miedos, genitales/intransigencias, hígado/iras, articulaciones/pragmatismo, sistema nervios/ansiedad, pies/no poner los pies en la tierra, por eso la dolencia se crea en el alma y luego va al cuerpo.

Cuando yo no tengo compromiso con migo mismo de evolucionar (crecer intelectualmente, aprender, practicar, ver nuevas cosas) se ve reflejado en mi espejo, que es mi pareja, ella también hace lo mismo, es un espejo (Por su puesto en ese crecer disfrutamos de la armonía que a todos los alaga tener en pareja).

La invitación es a tu compromiso con DIOS Padre, en la santa misa, con el rezo del rosario, con la lectura del evangelio, con el estudio de la biblia, con la meditación, sea honesto, sincero contigo mismo, porque de la abundancia de tu corazón, habla tu boca y tus actos son reflejos de la paz y la armonía de DIOS en ti.

Tenemos que recortar la terapia de ser una sola persona, que mi pensamiento y mis acciones sean una sola.